En el contexto de la transición energética, las comunidades energéticas han emergido como una de las soluciones más innovadoras y efectivas para fomentar la sostenibilidad, la autosuficiencia energética y la colaboración entre los consumidores.
Este modelo permite que grupos de personas o entidades (como vecinos de un edificio o empresas en un polígono industrial) compartan la energía generada por una instalación fotovoltaica común. Sin embargo, para que este modelo sea exitoso y funcione de manera eficiente, es crucial contar con una figura clave: el gestor de autoconsumo colectivo.
¿Qué es un gestor de autoconsumos colectivos?
El gestor de autoconsumo colectivo es la persona o entidad encargada de gestionar, coordinar y garantizar que todos los aspectos técnicos, administrativos y legales de una instalación de autoconsumo colectivo se lleven a cabo correctamente. Aunque no es obligatorio contar con un gestor, su presencia optimiza los procesos y asegura que todo funcione de forma eficiente.
En España, esta figura suele recaer en administradores de fincas, miembros de una propia comunidad energética o empresas especializadas en servicios energéticos, que cuentan con la experiencia y herramientas necesarias para gestionar múltiples usuarios y contratos.
Esta persona se encarga de representar a los participantes del autoconsumo colectivo, facilitando la relación con las distribuidoras eléctricas, gestionando el reparto de la energía y asegurando el cumplimiento de la normativa vigente.

Funciones esenciales del gestor de autoconsumo colectivo
El rol del gestor es fundamental para asegurar que las comunidades energéticas funcionen de forma óptima y que los beneficios del autoconsumo colectivo se distribuyan de manera justa. Entre sus funciones más relevantes se encuentran:
1. Distribución de la energía de manera equitativa
El gestor se encarga de calcular y aplicar los coeficientes de reparto, es decir, cómo se distribuye la energía generada entre los participantes. Esta distribución puede basarse en parámetros fijos o variables según lo acordado previamente. El objetivo es garantizar que cada miembro de la comunidad reciba la parte de energía que le corresponde, de manera justa y transparente.
2. Tramitación administrativa
Una de las funciones más complejas es la gestión administrativa ante las distribuidoras eléctricas. El gestor es responsable de remitir los acuerdos de reparto, los coeficientes de reparto y los datos relevantes a la distribuidora eléctrica en los formatos requeridos por la normativa. De esta forma, se asegura de que todo el proceso se realice conforme a las normativas y sin retrasos.
3. Monitorización y mantenimiento de la instalación
La monitorización constante del rendimiento de la instalación es otro de los aspectos cruciales. El gestor debe supervisar el funcionamiento de los paneles fotovoltaicos, asegurándose de que la producción de energía se mantenga eficiente y estable. Además, si se detecta cualquier anomalía, el gestor debe coordinar las reparaciones necesarias, garantizando que la instalación esté siempre operativa.
4. Comunicación con los participantes
La transparencia y la comunicación fluida son esenciales en las comunidades energéticas. El gestor debe mantener a los participantes informados sobre su consumo, la energía generada y los ahorros obtenidos. Esta información se debe facilitar de forma periódica, para que todos los miembros de la comunidad puedan realizar un seguimiento de su uso de la energía.
El gestor de autoconsumo colectivo es la figura encargada de garantizar la viabilidad y el éxito de los proyectos de autoconsumo compartido. Sin un gestor competente, las comunidades energéticas podrían enfrentarse a problemas administrativos, técnicos o incluso legales, lo que pondría en riesgo el éxito del proyecto.
La gestión adecuada también facilita las relaciones con las distribuidoras eléctricas, mejorando la eficiencia del sistema y optimizando el uso de la energía generada.
El autoconsumo colectivo es una de las piezas clave en la transición energética, ya que fomenta el uso de energías renovables de manera colaborativa, reduce la dependencia de fuentes externas de energía y promueve una mayor autonomía energética para los ciudadanos y las empresas.
Para que este modelo sea verdaderamente efectivo, es fundamental contar con una gestión sólida y bien estructurada. El gestor de autoconsumo colectivo se convierte en el pilar fundamental sobre el que se cimienta el éxito de estos proyectos.
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